LA NIÑEZ DE ISRAEL CAVAZOS

Por Jesús Adrián Cruz Martínez

El Maestro Israel Cavazos Garza recordó siempre su niñez con alegría y añoranza, principalmente aquella convivencia con sus padres doña Antonia y don David y sus 5 hermanos: Gloria, María del Socorro, Rogelio, David y Héctor.

Fue en esta etapa en la que surgió su vocación por la Historia. Su padre, extraordinario lector, como él lo calificaba, solía sentarlo en sus piernas para contarle alguna historia o leerle algún libro, principalmente novelas históricas. El 2 de enero de 1923, día de su nacimiento, su padre leía una historia de Moisés, de ahí que le fuera impuesto el nombre de Israel.

Nació y creció frente a la plaza principal de la entonces villa de Guadalupe, que no llegaba a 1500 habitantes, de tal forma que la plaza se convirtió en su lugar de juegos, ya fuera con una llanta abandonada, un juego improvisado de béisbol con una pelota hecha con trapos viejos o subir al campanario de la iglesia y divisar el Guadalupe formado de solares y arbolados.

Su recuerdo más antiguo se remontaba al año 1925, solía decirme que con tres años de edad recordaba vívidamente la nevada de aquel año y con cinco, el brincar los montones de tierra de las zanjas para instalar los primeros postes de alumbrado público.

Guardaba especial afecto a sus tías abuelas, de quienes escuchó muchas historias sobre su pueblo natal, y que más tarde le servirían como cronista, fueron ellas quienes le entregaron cartas familiares que lo asombraron y lo llevaron a investigar su genealogía.

Fue un estudiante aplicado, recordó hasta su muerte las lecturas de sus maestros de memoria, aquellas que escuchó de Ambrosia Cantú, Jerónima Treviño y Matías Cantú; le escuché recitar algunas de ellas.

Pero lo que contaba como toda una odisea eran sus viajes al Reino, como se le llamaba a Monterrey, el ir de la mano de sus padres, algunas veces a pie y otras en algún coche de caballos que les cobraba un peso hasta el mercado Colón.

Nunca imaginó que aquellos viajes en su niñez a la capital nuevoleonesa le marcarían y le llevarían a dedicar su vida a investigar su historia y a convertirse en el cronista por excelencia del Reino.

 

Foto: Familia Cavazos Garza (1928) .De izquierda a derecha: Rogelio, doña Antonia, Gloria, Héctor, Israel, don David, David y María del Socorro.


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