EL KIOSKO DE LA ALAMEDA MONTERREY



Por Adrián Cruz Martínez 

Fue durante la presidencia municipal del Dr. Lorenzo Sepúlveda que se propuso la construcción de un kiosko que engalanara la entonces llamada Alameda “Porfirio Díaz” de Monterrey.

En sesión de cabildo del 20 de junio de 1892 el Alcalde 1º señaló:

“…siendo indispensable la construcción de un kiosko en la "Alameda Porfirio Diaz" para completar el ornato que se ha creído necesario dar aquel paseo, oportunamente presentar la comisión del ramo el proyecto relativo para que estudiado por esta corporación, se resuelva lo que estime del caso…”

Una semana más tarde, en la sesión del día 27 la comisión de Ornato y Paseos manifestó:

“…que en virtud de creerse necesario para el ornato de la Alameda “Porfirio Diaz" la construcción de un kiosko en la rotonda central de la misma Alameda, ha gestionado con los Señores Price la presentación de un discurso con sus explicaciones y presupuesto correspondiente; siendo el precio de dicha obra el de $ 2,200.00 centavos y sus dimensiones y construcción las que se expresan en las referidas explicaciones; y como sea de estimar verdaderamente módico tal presupuesto, se permite proponer a la deliberación de esta Asamblea se sirva resolver, previa aprobación del Superior Gobierno del Estado se lleve cabo la construcción del mencionado kiosko bajo las bases que deja indicadas. Recibido discusión lo propuesto se acordó de conformidad…”

El 4 de julio de 1892 dio inicio su manufactura por la Casa de los Señores Price y para 1 de agosto estaba por terminarse la base de dos metros donde se instalaría. El 12 de septiembre finalmente quedó instalado en la rotonda central de la Alameda, representando un costo final de $2,400 pesos, pago que se acordó y aprobó fuera hecho a cambio de la finca que ocupaba el octavo instituto de niños, reservándose el municipio una zona de ocho varas de frente con su fondo correspondiente en la parte oriente del terreno.

Además del kiosko se hicieron otras mejoras en la Alameda; fue pavimentada con piedra y grasa triturada, con objeto de dar solidez y nivelación a las avenidas destinadas al paseo de coches, además de colocar 200 bancas de fierro y madera con un costo de 2 mil pesos, del que se pagaron $ 1,005 pesos y el resto en abonos de 100 pesos.

Fuente: Archivo Histórico de Monterrey / Actas del Ayuntamiento / 1892-1893

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