Carta de un Revolucionario (1913)



Señora Elena Guerra de Garza

Cañon de Bustamante, Julio 1° . de 1913.
Salinas Victoria, Nuevo León.

Mi inolvidable y querida esposa:

Estuve a un tiro de fusil de nuestra casa ¡Cómo me pudo, Elenita, no haber podido entrar al pueblo! Traía un regalito para Ustedes el que hoy te mando con don Pilar Treviño y Alejandro Gómez. Lo que hacen esos hombres nadie podrá hacerlos mejor, revueltos con los pelones y no se les nota, qué bien nos sirven! Doña Angelita Treviño de Chapa le manda café y tabaco al Coronel Don Pedro Chapa, que nada le falta con esa gran señora.

Traje de Monclova unas nueces tan suavecitas, para que de las des a mis muchachos, me compré ropa también; fíjate que andaba enseñando mis carnes, el encuarte del pantalón lo traía amarrado con pitas.

El día que peleamos en Salinas, detuvimos el tren en donde resultó herida una pobre señora madre de dos criaturas, dijo antes de morir que era sola, yo les lleve tortillas y leche a los niños y se me echaron al cuello y no me los pude despegar. Los traje tres días y no hallaba qué hacer con ellos, hice travesía por los viejos atajos de los comanches hasta llegar a Lampazos de Naranjo. En ese pueblo hay muchos capitales por las minas que hubo en otros tiempos; hay hombres muy ricos. No pude entrar al pueblo, está la gente del General Guillermo Rubio Navarrete, llegué con mucho esfuerzo hasta la Hacienda de Armadillo y allí dejé a los niños. Son un hombrecito y una muchachita, me decía papá ¿Qué les puede faltar a esas criaturas con don Enrique Zuazua? Es un hombre muy bueno y con mucho dinero. Dios permita que se críen bien, ya que su madre fue una víctima más por la traición que hicieron al presidente Madero estos canallas.

A Monclova llevamos unos caballos finos que va a utilizar el señor Carranza en un largo viaje sale para Sonora en estos días acompañado de su Estado Mayor.

El Primer Jefe se mostraba muy interesado en saberlo todo, nos hizo muchas preguntas al ver que todos sabemos leer y escribir; nos preguntó que quienes habían sido nuestros maestros en Salinas y recordamos a los Profesores Enrique d. Mena, José Alvarado y don Leonardo García Quiroga.

A mí me preguntó que si me agradaba la carrera de las armas, yo le contesté; A mí quítenme la carabina. La tomé mientras derrotábamos al usurpador; después, vuelo a mi laborcita y a mis cabras.
Don Venustiano dijo que estaba muy contento con nosotros, que la causa que abrazamos nos llevará al triunfo si logramos ver salir del país a los hombres que trastornaron el orden constitucional.

Román Luna contestó, pero ya ves lo que es, nomás habló y se soltaron riendo todos los presentes echándolo a broma, porque en vez de decir “federales” decía “borregos”.

Saludos a toda la familia. Reciban tú y mis hijos el más puro cariño.


CARLOS GARZA




Fuente: "La Revolución en el Norte" - Consuelo Peña de Villarreal Elizondo (1968)

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