NOMENCLATURA DE LAS CALLES DE MONTERREY




Por Adrián Cruz Martínez


Antes de 1854 la importancia de que las calles tuvieran su nombre y las casas su número no era tan relevante, el crecimiento de la ciudad que para ese año contaba con aproximadamente 30 mil habitantes fue haciéndolo necesario.

Para un naciente Monterrey que se limitaba a un perímetro pequeño bastaba para localizar un domicilio con una seña en particular del lugar: La de los Arcos, la Casa larga; o del dueño : Mariana La Gangosa, Martín El Largo etc. Algunos otros ejemplos son las hoy calles Allende, llamada antiguamente Del Aguacate , Del Colegio de Niñas hoy Abasolo o De la Presa, Diego de Montemayor.


El 21 de enero de 1854 el General Pedro de Ampudia, gobernador de Nuevo León solicitó al alcalde de Monterrey lo siguiente:

"Para evitar la confusión que produce la falta de nomenclatura en las calles de la ciudad y de numeración en las casa, lo cual pugna con la cultura y crecimiento de la misma ciudad, el Gobierno dispone que el ayuntamiento haga un arreglo sobre el particular , escusándose de indicarle el modo porque no debe ocultársele este ni la necesidad de que las calles tengan sus nombre y las casas sus números correspondientes en orden progresivo."

Unos meses más tarde, mayo, en unos cuadros de alabastro se grabaron “con magníficas letras” los primeros nombres y numeración de las calles de la capital nuevoleonesa.

Será en los años sesenta el siglo XIX que las autoridades tomarán especial interés en llevar una nomenclatura correcta en la ciudad con ayuda de planos como el de Isidoro Epstein del año 1865.

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