LEYENDA: EL ABRAZO DEL DIABLO
Por. Mtra. Lilia Villanueva de Cavazos
Era un hermoso día, en el
municipio de Abasolo, todo parecía más bonito, el pueblo estaba de fiesta y por
la noche se celebraría un baile.
Las muchachas animadas
conversaban, comentando sobre los vestidos nuevos que llevarían esa noche y los
jóvenes hablaban de las muchachas con quienes bailarían. El ambiente de fiesta
reinaba en todos lados y la gente mayor se ocupaba de adornar la casa donde
celebraría el baile.
Era en la casa de María Luisa una de las jóvenes más
celebradas por su hermosura. Sabiéndose bonita era soberbia y orgullosa y había
anunciado a sus amigas que ella sólo bailaría con el joven más guapo.
Por fin llegó la noche. La casa
abrió sus puertas a los invitados que empezaron a llegar, y las risas y música
no se hicieron esperar. María Luisa no bailaba. Esperaba la llegada de alguien.
No sabía quién, pero sería el más guapo.
Era la media noche cuando
apareció en la casa un joven que llamaba la atención por su porte varonil y la
belleza de sus facciones.
María Luisa lo vio y anhelante
esperó que él se acercara. La música se dejó oír nuevamente y el joven, como si
supiera que ella lo esperaba, fue y la sacó a bailar. Ya no se separaron.
Bailaron mucho hasta que él le pidió que salieran un momento al jardín, en
donde las resedades, el abahaca y el “huele de noche” perfumaban el ambiente.
María Luisa estaba emocionada y
esperaba una declaración de amor. Sin decirle nada el joven se acercó a ella y
le abrazó. En ese momento ella sintió que los brazos de él la quemaban y dejó
escapar un grito, que asustó a todos los asistentes que corrieron al patio
donde la encontraron desmayada.
Al volver en sí, encontraron que
en su cuerpo se podían ver marcas como las que produce una quemadura y las
huellas de unas manos, que quedaron para siempre. Era…el abrazo del diablo.
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