ISRAEL CAVAZOS, EL MAESTRO


Por Adrián Cruz Martínez

Suelen decir que cuando el alumno está listo, el maestro aparece, yo lo creo así, pues fue mi caso, y no solo el mío, sino el de muchos otros que investigamos el pasado y encontramos en don Israel Cavazos Garza, un guía, un ejemplo, un maestro.

Siempre se mostró agradecido de quienes fueron sus maestros, frente a la que fue su casa y en donde vio la primera luz en la villa de Guadalupe, Nuevo León (esquina de las calles Zaragoza y Guadalupe ) se encontraba la escuela oficial, a la que ingresó a la edad de 6 años, 1929.

Todas las tardes en trayecto a la plaza, invariablemente debía pasar por la que fue su primera escuela, hoy una librería de viejo, más de una vez lo vi acariciar las paredes con devoción y remembranza.

Su primera maestra fue Feliza Treviño en lo que entonces se conocía con el nombre de Sonidos, hoy preprimaria. Primer y segundo año los cursó con la Maestra Jerónima Treviño, tercer año con la Maestra Cecilia Treviño, cuarto con la Maestra Teresa Treviño , quinto con el Profesor Matías R. Cantú, de quien recordaba la lectura de Corazón de Edmundo de Amicis y su inquietud de brindarles a los alumnos cultura general y no limitarse al programa escolar. Curso sexto año, dos veces, ya que Guadalupe no contaba con estudios secundarios, en 1935 con el Profesor Andrés Cárdenas y en 1936 con el Profesor Cenobio Flores.

En 1941 ingresó a la Escuela Industrial y Preparatoria Álvaro Obregón, a la carrera de Ebanistería, profesión de don David Cavazos, su padre y de la que se graduó en 1943. Muy importantes para su vocación los cursos del Profesor Andrés Sauceda que impartía Español y Literatura.

A iniciativa de su tía Sara Cavazos , que lo conminó a que escribiera la historia de Guadalupe visitó por primera vez el Archivo Municipal de Monterrey, en dicho archivo conocería a quienes se convertirían en sus primeros maestros de historia, el licenciado Santiago Roel, Ricardo Covarrubias, Plinio Ordóñez y Timoteo L. Hernández, quienes lo invitaron a la naciente Sociedad de Historia.

De don Santiago Roel recordaba su paciencia para consultar los archivos y su emoción al hablar sobre las tradiciones y hechos históricos. Lo acompañó en muchas ocasiones a recorrer los pueblos del estado, admiraron juntos la puerta o ventana antigua en Salinas Victoria o la parroquia de Cadereyta Jiménez y platicaron más de una vez de la importancia de la conservación de nuestro patrimonio.

En el Archivo Municipal de Monterrey conoció también a Silvio Zavala, quien investigaba entonces sobre la encomienda en México y a François Chevalier, quienes reconocieron en Israel su vocación por la historia y lo invitaron al recién creado Colegio de México del que eran catedrático.

Viajó a la Ciudad de México en 1948, el Colegio de México era entonces presidido por Alfonso Reyes y como secretario Daniel Cossío Villegas. En don Alfonso encontró a un protector, a un paisano siempre interesado en conocer que pasaba en Monterrey.

Aquella segunda generación de alumnos tuvo a maestros notables, Manuel Toussaint impartiendo Historia del Arte Colonial; José Gaos, Historia del Pensamiento en el siglo XVIII; Silvio Zavala, Historiografía Colonial de América e Instituciones Coloniales de América siglos XVI y XVI; las clases de Latín por Agustín Millares Carlo y Rafael Moreno; Concepción Muedra, paleografía, que impartía en el fondo del Marquesado del Valle en el Archivo General de la Nación; Eliazar Hakpern, Historia Moderna de Europa y François Chevalier, Historia Social y Económica de la Nueva España .

Regresó a Monterrey en 1950, el rector de la Universidad de Nuevo León Lic. Raúl Rangel Frías le nombró Jefe del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras el 15 de diciembre de 1951, donde inició su carrera como docente en 1953, impartiendo Historia de México. A invitación de don Humberto Ramos Lozano pasó a formar parte de la plantilla de maestros del Instituto Modelo de Enseñanza en 1958, 3 años impartió la clase de Historia de Nuevo León.

En la Escuela de Verano del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, 1966 -1968, profesor de Historia de México y de 1974 a 1976 profesor fundador del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL .

Por nombramiento del Arzobispo Alfonso Espino y Silva fue profesor de Historia de la Iglesia en México e Historia Regional del Noreste en el Seminario de Monterrey en los años 1983 y 1984. En los años ochenta y noventa impartió cursos particulares, Historia Regional y de México, a un grupo de señoras los lunes y uno de matrimonios los sábados.

Como Director tuvo a su cargo la Preparatoria del Colegio Excelsior, en diversas ocasiones entre 1986 y 1996 y de la Escuela Municipal de Verano Francisco M. Zertuche en 1991.

Sus enseñanzas quedaron plasmadas en sus libros, ensayos, colaboraciones periodísticas y en las más de mil conferencias que dictó tanto en México como en el extranjero, sus alumnos estaremos siempre en deuda con él y es nuestro deber perdurar su memoria y seguir sus enseñanzas.

Alguna vez me habló de las grandes satisfacciones que le dio la docencia, el formar nuevas generaciones de alumnos; decía que en un salón de clases o en un archivo se encontraba en su medio, “en su salsa”, además como podría olvidar sus primeras clases, si en una de ellas conoció a una joven alumna de nombre Lilia Villanueva, quién fue el amor de su vida.

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